El retorno de la bruja Baba Yaga- E41

Todo empezó después del final del anterior cuento. La madrastra de la niña, después de ser expulsada de la casa del padre, muy enojada, fue en dirección de la casa de su hermana: la bruja Baba—Yaga. Al llegar, tocó la puerta con fuerza: 

—¡Abre, hermana inútil! ¡Buena para nada!— exclamó la ex-madrastra. La bruja abrió la puerta y le dijo: 

—¿A quién llamas “hermana inútil? 

—A la única bruja que no puede capturar a una niña pequeña. 

La bruja se quedó callada, muerta de vergüenza. 

—¡Solo tenías que hacer una cosa! — dijo la ex-madrastra mientras regañaba a su hermana. La bruja dijo. 

—No te preocupes, pesada. Pienso volver y acabar con esa niña que puso a mis sirvientes en mi contra. 

—Más te vale, porque no pienso vivir en la calle y mucho menos en tu casa. 

—No te metas con mi casa o te mando a ser comida de mis otros perros. 

El gato de la bruja, que seguía rondado por ahí, escuchó todo y salió corriendo en dirección a la casa del padre de la niña y, al llegar a la casa, arañó la puerta y el padre abrió. El gato entró directamente y se acercó a la niña y le dijo: 

—Oye, niña. Vengo de la casa de la bruja Baba-Yaga a avisarte de que planea ir a por ti hoy mismo. 

—¡Ay no! ¿Qué debo hacer ahora?— preguntó la niña. Recordó, asustada, que su tía sabía mucho sobre la bruja, así que salió de la casa y fue corriendo a ver a su tía, tocó la puerta de su casa con desesperación y gritando: 

—¡Tía, tía, rápido, abre la puerta! ¡La bruja y mi madrastra quieren capturarme! 

La tía abrió la puerta y dijo: 

— ¿Cómo que la bruja viene hacia aquí? 

—Están yendo a mi casa. Rápido, tía, tienes que ayudarnos. 

La tía, sin decir nada, entró a su casa rápido y empezó a buscar algo. Después de dejar su casa patas arriba, encontró lo que quería y se fue con su sobrina a su casa. Mientras estaban la bruja y la exmadrastra en la casa del padre tocando la puerta bruscamente. El padre dijo: 

—¡Váyanse de mi casa inmediatamente! 

La bruja contestó: 

—¡Ni hablar! Entrégame a la niña y me iré. 

—¡Nunca!—contestó el padre.  

La bruja, con poca paciencia, tiró la puerta abajo y entró a la casa agresivamente. Agarró al padre de la camisa y empezó a agitarlo, bruscamente. 

—¿Dónde está la niña? 

—¡Aquí!—gritó la tía entrando en escena y echándole un líquido bastante extraño a la bruja. 

—¡Maldita! ¿Cómo te atr...?— sin poder acabar la frase, la bruja se desvaneció. Todos quedaron en shock y aparecieron dos policías que se llevaron detenida a la exmadrastra. 

—¡No, por favor! ¡Pero si yo no hice nada!— gritaba la exmadrastra.  

Cuando se fue, todos se quedaron tranquilos y vivieron felices todos juntos.


Cuento original: "La bruja Baba Yaga". 

El pez de diamante- E40

Unos meses después de que el pobre viejo se hubiera empobrecido porque su mujer había abusado del poder del pez de oro, el viejo fue andado desde su casa en el bosque hasta la orilla del mar para pescar comida para su mujer y para él, pues estaban hambrientos. Al llegar a la playa, el viejo tiró su caña de pescar y esperó hasta que él atrapara algo para comer. Tras una larga espera, algo mordió el anzuelo y cuando el viejo fue a por la caña de pescar y, de repente, el pez salió del agua hacia el viejo. Él, al ser asustado por el pez, saltó hacia atrás y se dio en la cabeza con una palmera. Cuando el viejo se despertó de su sueño poco esperado, miró a su alrededor y se encontró con el pez que le había hecho saltar. El viejo, algo molesto, le preguntó al pez: 

—¿Es que vas a echar a volar o solo querías saltar y darme en la cara? 

El pez se disculpó y le preguntó si lo reconocía y el viejo le dijo: 

—No, pero creo que he conocido a tu hermano, el pez de oro.  

El pez resaltó y le dijo al viejo: 

—Pues seguro que eso ha acabado mal porque mi hermano no ayuda a los humanos, a menos que sean realmente personas humildes y buenas.  

El viejo le respondió: 

—Bueno, no sé si seré eso, pero pobre sí lo soy y la verdad es que pensaba que tu hermano me ayudaría, pero ha resultado que he quedado más o menos igual. Mi mujer se pasó y terminó tirándolo todo a la basura con su avaricia. 

El pez, al ver la humildad del viejo, le dijo: 

—Mira viejo, yo noto que usted es un hombre de honor y de humildad, si usted consigue convertir a su mujer en una persona humilde y amorosa le otorgaré un deseo. 

El viejo se quedó con la boca abierta y le dijo: 

—Muchas gracias, pez de diamante. Espero realmente que pueda hacerlo no por el deseo sino por su bien.  

El viejo se despidió y fue andando hacia su casa. Al llegar a su casa, él le contó lo que había hecho y que había hablado con el hermano del pez de oro. Al decírselo, la vieja de nuevo le llamó tonto a su esposo y le dijo de atrapar al pez de diamante, pero el viejo le dijo que ella no se daba cuenta de que con esa misma avaricia que tenía, había perdido todo lo que habían ganado antes. La vieja le dijo: 

—¡No, o lo atrapamos o te dejo! 

Y luego le pegó al viejo... Al darse cuenta la vieja de lo que había hecho, ella esperó que el viejo le devolviera los golpes, pero en vez de molestarse le dijo: 

—Yo entiendo tu molestia, porque esa es la manera en la cual tú ves la vida, pero yo te amo y te digo que es mejor hacerles bien a las personas, porque después ese mismo bien volverá a ti.  

Al ver el amor y la amabilidad de su esposo, ella se quedó sorprendida, sin perspectiva, que nunca había visto y fue cambiando para bien hasta que, tres meses después de ese día que había marcado el cambio para la mujer del viejo. Ya se podía ver cuánto se había fortalecido su relación, ambos pudieron encontrar trabajo y comprarse una casita cómoda y limpia. En ese momento, la mujer le dijo a su marido:  

—Amor, yo creo que ya es tiempo de visitar al pez de diamante de nuevo.  

El viejo estuvo de acuerdo y fueron juntos al mar a buscar el pez. Lo llamaron y el pez diamante vino con su hermano el pez de oro, la vieja se disculpó con el pez de oro por su avaricia del pasado y él la perdonó, pero quiso hacerle un examen. Le dijo a su hermano, el pez de diamante, que le pidiera que formulara un deseo y que se lo concediera solo si este era bueno. El viejo y su mujer pidieron como deseo el perdón del pez. Los peces como vieron que realmente habían caminado les dijeron: 

—Bien, realmente habéis cambiado, os perdono. 

Entre los dos hermanos les dijeron al viejo y su mujer: 

—Por su amabilidad y humildad, os daremos otro deseo.  

El viejo y su mujer lo pidieron: 

—Deseamos tener un hijo. 

Al día siguiente, se despertó el viejo al lado de su mujer y ella tenía al hijo de ambos en brazos. Al viejo se le escapó una lágrima viendo que había alcanzado un gran tesoro: el amor familiar.


Cuento original: "El pez de oro".

La rosa de Lalilá- E39

Había una vez tres caballeros que buscaban la rosa de Lalilá para curar a la reina de su reino. Los tres caballeros fueron a buscarla. Pasaron por pruebas muy difíciles: escalaron una montaña, lucharon contra monstruos, pasaron hambre, sed y frío. Tras un largo viaje, tuvieron la última prueba que era adivinar un acertijo para pasar y recoger una rosa, era este acertijo: “Oro parece, plata no es”. Tenía que descifrarlo, al final lo descifraron y le dieron la rosa. Cuando volvieron al reino, al escalar la montaña, uno de los caballeros hizo tropezar a otro. El otro hermano vio lo sucedido preguntó por qué lo había hecho y recibió una puñalada en la espalda del malvado hermano, mientras la decía por qué lo hacía. Este último volvió al reino y le entregó la rosa a la reina. Ante la pregunta de qué pasó por sus hermanos, él respondió que se sacrificaron por la rosa. Entonces, vino un loro, que había visto el crimen del hermano. La reina lo escuchó y mandó ejecutar al hermano malvado.
Cuento original: La flor de Lililá.

La serpiente blanca- E38

Hace unos años, en un frondoso bosque, habitaba una serpiente blanca. Dicha serpiente poseía un don que muchos deseaban obtener. Uno de ellos era el rey, que movió cielo, tierra y mar para dar con ella. Eso a ella no le importaba, pues su deber era cuidar del bosque Ticona y de los habitantes que habitaban en él. Una noche, de la nada, una ardilla llamada Susanita se acercó a la serpiente y le contó muy apurada que los soldados del rey iban a por ella y estaban destrozando el bosque buscándola. Eso preocupó a la serpiente e ideó un plan para escabullirse entre la oscuridad de la noche. Sus amigos la ayudaron a distraerlos y ella marchó victoriosa y a la vez triste a otro bosque llamado Megrini. Cuando llegó a dicho paraíso, se enamoró completamente de aquel paisaje tan verde y hermoso. Al tiempo de estar ahí, conoció a una serpiente negra llamada Voldemort y las dos serpientes se enamoraron perdidamente y tuvieron Voldemorcitos. Y fueron felices hasta que el rey la encontró y se la cenó. 


FIN 


Cuento original: "La serpiente blanca".

(Sin título) E37

El rey Soleimán—Schah estaba enamorado de la hija de Zahara, así que decidió casarse con ella y se fue a su casa, con sus padres, en una caravana cargada de regalos. Cuando llegaron el padre del rey tocó la puerta y le abrió Zahara y les preguntó quiénes eran. Soleimán le dijo que había venido con sus padres para pedir la mano de su hija Aziza. Zahara se quedó callada, no sabía qué decir... Finalmente, les dio la bienvenida y mientras ellos estaban en el salón, ella fue a hablar con Aziza y le contó que le esperaba una visita. Su madre le dijo que fuera al salón a saludar a sus suegros. A ella le daba vergüenza, pero al final salió al salón. Estaba muy contenta, pero cuando llegó, no encontró a los padres de su novio, ni a su novio, y eso la enfadó mucho. Volvió a su habitación corriendo y empezó a llorar. El padre de Soleiman preguntó qué le pasaba a esta chica y por qué se había ido antes de saludarlos, pues le parecía una falta de respeto. Zahara le dijo que no se preocupara y se fue a hablar con ella. Ante las preguntas de su madre, Zahara le dijo que no se casaría. Su madre le preguntó por qué no se iba a casar con un rey. Aziza le dijo que si no se casaba con Aziz, nunca se iba a casar. Ella le contestó: 

—Te vas a casar con el rey Soleimán y punto. No te dejo casarte con ese pobrecito. 

La madre se fue al salón y dijo a sus invitados: 

—No os preocupéis. Mi hija está nerviosa y le da vergüenza. Por eso le ha pasado esto. 

Mientras tanto, Aziza llamó a Aziz y le dijo que su madre la había obligado a casarse con Soleimán y ella solo quería a su amado y no al rey. Aziz le dijo que lo quería de verdad, recogiera sus cosas y lo esperara al lado de la iglesia. Aziza recogió sus cosas y se escapó con él. Cuando volvió Zahara a la habitación de su hija, y no encontró ni a Aziza ni tampoco sus cosas, empezó a llorar y dijo: 

—¡Todo es por mi culpa! La he obligado a casarse con el rey Soleimán y ahora se escapó con el pobrecito Aziz. 

Soleimán y sus padres la escucharon. Por fin, supieron qué pasaba y se fueron con sus regalos. 


Cuento original: "Historia de Aziz y Aziza y del hermoso Príncipe Diadema."

La noche maligna de los niños- E36

Érase una vez una bruja a la que quemaron y no murió, pues volvió después de trescientos años. La bruja se mudó a la orilla del mar donde consiguió una casa donde vivir. La bruja salía por las noches a volar con su escoba mágica por los cielos, por encima del mar, y cada vez que veía un niño le entraba hambre. La bruja bajaba a por los niños y, al ser muy lista, se hacía pasar por una chica normal y los engañaba dándoles chuches mágicas, seduciéndolos con eso. La bruja aprovechaba y se los comía. También aprovechó para reformar su casa y hacerla de dulces de chocolate y golosinas.


Cuento original: "La casita hecha de dulces".

Reencuentro- E35

Pasaron tres días y la chica seguía con el apuesto príncipe, tan feliz como siempre. Ella se quedó embarazada y dio a luz a una hermosa niña a la que llamó Jimena. Ellos siguieron tan bien como siempre hasta que un día el rey recibió una llamada. Un hombre le dijo que buscaba a Manuela, pues se imaginaba que era la reina. El rey se quedó asombrado y ni contestó. Rápidamente, llamó a su esposa y le dio el teléfono. Manuela al escuchar la voz de su padre se quedó sin palabras, ya que ella lo daba por fallecido. Él estaba enfermo cuando su hija se casó y Manuela llevaba tres años sin saber nada de él. Su padre le dijo que necesitaba ayuda y que quería que lo perdonara por todo lo que había pasado con su madrastra. Su hija, sin pensarlo, lo perdonó y le dijo que fuera a su casa y conociera a su hija. Él aceptó y, al día siguiente, estaba allí. A los dos años, nombraron a su padre ministro y se casó con una jueza. Todos fueron felices... FIN
Cuento original: "Los tres enanitos del bosque".

La venganza de la madre de Juan Chapinica- E34

Juan Chapinica era un niño tan pequeño que se coló en una olla, en la que su madre le había advertido que no se metiera. Laura, su madre, se cabreó muchísimo, pero al fin y al cabo era su madre y debía ayudarlo. Pidió ayuda a sus vecinas, pero ninguna de ellas tenía una cuchara para ayudar a Juan Chapinica. Paula, que era una de ellas, sí tenía una, pero quería algo a cambio.
 
—Quiero un salero lleno de sal gruesa y a cambio te daré la cuchara. 

Laura fue muy rápido a mirar si en su casa tenía sal gruesa y, por desgracia, no tenía, así que tuvo que ir corriendo a comprarla. Mientras tanto, Juan estaba fatigado, no podía respirar, estaba empezando a ahogarse. Finalmente, se ahogó. 

Minutos después, su madre llegó a casa y fue rápidamente a la olla, pero Juan ya no estaba flotando, se había hundido. Laura estaba muy triste, pero a la vez muy cabreada con su vecina. Planeó una venganza para ir a quemar su casa. Toda enfurecida, llegó, abrió una ventana y comenzó a echar gasolina por toda la casa hasta acabar la garrafa. Sacó un mechero y lo encendió, pero algo en su cabeza sonó “Mamá, no lo hagas” era su hijo. Laura dejó el mechero en el suelo y por su arrepentimiento empezó a llorar.




Cuento original: "Juan Chapinica".

Los bailarines de Bryant Myers- E33

Érase una vez un grupo de amigos: Verónica, Laura, Pablo y Álvaro. Ellos eran bailarines, pero en su ciudad no los valoraban. Decían que eran unos inútiles y que saber bailar no les iba a servir para nada, así que se fueron a Barcelona buscando un grupo más grande de baile. Yendo por las calles, se cruzaron a mucha gente que los ignoraba. Con un altavoz, se ponían a bailar y todos pasaban de ellos hasta que Bryant Myers los vio y quedó impresionado con sus dotes de baile. Les ofreció trabajar para él y el grupo aceptó. Desde entonces, bailan en sus conciertos y todos los que les dijeron que eran unos inútiles y que bailar no les iba a servir para nada se arrepintieron de ello.


Cuento original: "Los animales músicos".

El enigma- E32

Todo empieza una tarde tranquila, con nuestro protagonista, un príncipe que busca una princesa con la que casarse, acompañado por su siervo a todos lados en caballo. Todo es normal hasta que se encuentra con una casa. Al quedar poco para que caiga la noche, preguntan si pueden hospedarse, la hija les responde:
—Podéis entrar, pero no aceptéis nada que se os ofrezca de parte de mi madre.
—Muchas gracias, señora por dejarnos pasar esa noche en su casa.
—No hay de qué. Tome llévese esto—dijo la señora con una sonrisa.
—¿Qué es?—preguntó el príncipe.
—Una botella de vino del bueno, me sobran muchas.
—Muchas gracias, señora. (El príncipe abre la botella, toma un sorbo y se la da a su siervo). 
—Muchas gracias, por el vino, que tenga un buen día.
Nuestro protagonista y su siervo entran a un bosque donde la luz del día entra poco, para poder continuar con la búsqueda de una princesa con la cual casarse, pero un ruido se oye desde dentro del bosque, una figura oscura es vista por nuestro protagonista.
—¿Me has visto no?
—¿Quién es usted?, ¿qué quiere?
—No lo sé, solo le digo que no deberías haberlo hecho.
—¿El qué?
—Señor, ¿está bien?—preguntó el siervo al príncipe.
—Sí, sí, seguramente será cansancio, nada más.
—Señor mire un cartel, en el pone que si se sigue el camino recto hay una posada, ya está empezando a caer el sol y viajar por un bosque como este por la noche no creo que sea muy seguro deberíamos parar en esa posada.
—Perfecto..., así podremos descansar un poco.
Nuestro protagonista está teniendo muy mala suerte, ya que ese ser le está siguiendo, al fin y al cabo, el príncipe nunca se arrepintió de sus acciones, por eso él fue exiliado de su antiguo reino.
—Buenas esta es mi posada, aquí hay dos normas: la primera es no dejar sueltos a los caballos y la segunda es que se debe aportar algún alimento o bebida para cenar.
— Sí, (el príncipe saca la botella de vino) tome esto, es un buen vino de gran calidad y ¿a cuánto está la noche?
—20 platas y medio cobre por noche.
—Vale, tome (saca las monedas y se las da).
—La habitación es la veinticinco del segundo piso.
—Muchas gracias.
(Ya por la noche).
—¿Se acuerda de mí?
(El príncipe está sin poder hablar).
—Usted no debió hacer eso, nunca debió abandonar su reino por ese sueño ridículo, usted está acabado. Todo lo que ha vivido desde que salió de esa casa no fue real, a usted se le advirtió sobre mí y no le importó, más que abandonar su reino siendo príncipe el único heredero, eso es de deshonra. Le voy a poner un acertijo. ¿Qué mató a dos y asesinó a doce?
—No lo sé.
—La respuesta es…

Cuento original: "El acertijo".

Ali Baba y Nabila- E31

Un día, al lado de un bosque, vivía un hombre llamado Alí Baba. Era muy malo y tenía tres esposas. Una de ellas, Nabila, que era la más maja, se casó por obligación con Ali Baba. Ali Baba tenía dos hijas y un hijo. Las otras esposas de Ali Baba odiaban a Nabila porque tenía un hijo.

Por la mañana, en el bosque, un hombre estaba de camino al mercado, cuando al pasar por el castillo de Ali Baba, lo vio con dos hombres que tenían pinta de ladrones. Llevaban unas bolsas muy grandes y las metieron en una habitación que tenían al lado del castillo. Cada vez que el hombre pasaba por allí, los volvía a ver. Pasó el tiempo, y cuando el hombre pasó por allí, vio a Nabila y le preguntó si conocía al hombre del castillo y le contó lo que había visto. Nabila entró en la habitación y se quedó con la boca abierta. Al abrir la puerta, vio mucho oro y diamantes. Nabila escuchó ruidos y se escondió detrás de una gran bolsa. Después, entró Ali Babá con los dos hombres.

— Qué poca cantidad habéis traído hoy—dijo Ali Baba.
 
— Es que no había mucha gente rica en el mercado— le respondió el primer hombre con voz sonora.

— Tenemos que salir a pillar más cosas—dijo el segundo hombre.

Nabila lo escuchó todo. Después de esto, intentó que todo saliera a la luz, que se supiera de dónde sacaba Ali Baba el dinero. Al día siguiente, habló con Alí Baba y le dijo que tenía que montar una fiesta para invitar al alcalde, a sus amigos y a todo el pueblo. A Alí Baba le gustó la idea. El domingo, en la fiesta, cuando estaba allí todo el pueblo, Nabila se levantó y contó todo delante de todos. A Alí Baba, al final, se lo llevaron a la cárcel y ahora Nabila es la que se encarga del castillo y vive feliz con su hijo.


Cuento original: "Ali Baba y los cuarenta ladrones"

El señor de la noche- E30

En un pueblo en medio del bosque donde los niños no podían en la calle por la noche, un día un grupo de niños que estaban jugando en el parque se dieron cuenta de que ya caía la noche y que tenían que volver a sus casas. Sin embargo, un niño llamado Eustaquio, que era muy curioso, decidió quedarse más tiempo en la calle para saber qué pasaba. 

Más tarde, en la madrugada, el niño empezó a escuchar muchos ruidos que salían de los árboles. No sabía qué era aquello... Empezó también a escuchar pasos que provenían de su espalda y cuando se dio la vuelta el señor de la noche lo agarró y se lo llevó.

Desde entonces no se le volvió a ver y ningún niño volvió a salir a la calle de noche.


Cuento original: "El hombre del saco".

El agua bendita- E29

Había una vez una pobre anciana que padecía de una enfermedad que hacía que no se pudiera mover sin ayuda de sus nietos. Tenía cuatro: Jaimito, un chico sociable e hiperactivo, era el más pequeño; la mediana se llamaba Lucía, una chica amable y sensata; y el mayor se llamaba Juanito. Este último era muy malo con su hermana Lucía y también competitivo. Estos tres hermanos no tenían muy buena relación, pero no tenían más remedio que convivir junto con su abuela enferma. Con el paso del tiempo, la pobre abuela se ponía cada vez peor, por lo que sus nietos tuvieron que buscar una cura para ella y empezar una aventura. Juanito se fue a buscar solo, se creía superior porque era el mayor. Lucía y Jaimito fueron juntos buscando por el pueblo. Un mercader les dijo que existía una planta milagrosa llamada “jehú” que se encontraba en la montaña y curaría la enfermedad. Juanito decidió buscar en otros países de las afueras. Una semana después, Lucía y el pequeño Jaimito encontraron la planta y volvieron a su casa para darle el remedio a su abuela, pero tuvieron la mala suerte de encontrarla muerta. Entonces depositaron la planta en la tumba de la abuela y la regaron con sus lágrimas. Un mes más tarde, encontraron allí un gran matorral de rosas preciosas que los hicieron muy felices. Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.


Cuento original: "Los tres hijos y el tesoro".

La feria- E28

Había una vez un hombre llamado Roberto quien vivía en una feria pequeña y antigua. La había recibido como herencia de su padre, quien había muerto. Este hombre había perdido todo lo que el hombre puede perder: su casa, sus padres, su esposa, su trabajo y su dinero. Había tenido una vida tan miserable que casi se había convertido en un monstruo. Lo único que le quedaba con vida eran sus hijos a quienes amaba más que nada en este mundo. Por esto, Roberto perdió su cabeza cuando descubrió que sus hijos estaban muy enfermos. Como no tenía dinero para llevar a los niños al hospital, empezó a leer sobre medicina y hasta hizo un laboratorio en la feria. Descubrió que la enfermedad de sus niños podía ser curada solo con la sangre de otros niños.  

Dos gemelos de nueve años habían sido mandados por su madrastra para comprar comida desde otro punto de la ciudad. La señora era muy mala y quería deshacerse de los niños y que no encontrasen el camino a casa. Era una linda mañana de otoño y los niños estaban hablando alegremente mientras caminaban. Cuando habían caminado un rato, se perdieron. 

—¿Recuerdas el camino a casa?— preguntó Lisa preocupada. 

—No, pero estoy escuchando una música superlinda. ¿Podemos seguirlo y ver de dónde sale?—preguntó Oliver. 

Después de un rato de caminar, llegaron a una feria pequeña y antigua. 

—Bienvenidos a mi feria, ¿queréis que os muestre algunos sitios?—les preguntó Roberto. 

—Estaría superguay, respondieron los gemelos. 

Roberto les mostró varias atracciones y hasta les dejaba subir a una montaña rusa. Los niños estaban más alegres que nunca, pero cuando ya se empezó a atardecer, empezaron a preguntar si podrían irse a casa. Roberto les decía que no había prisa. De repente, de las sombras salieron dos niños. Eran enfermos y desnutridos. 

—¡Hola, papá!—dijeron ellos. 

—¡Saliros de aquí!—gritó Roberto.

Los gemelos se asustaron y se dieron cuenta de que todo no estaba bien. Roberto les cogió de las manos y se las llevó corriendo al laboratorio, porque se dio cuenta de que los niños sospechaban algo. 
—¡Déjanos salir!—gritó Lisa.

Roberto cerró a Lisa y a Oliver en un armario mientras preparaba sus cosas en el laboratorio. Oliver consiguió abrir la puerta del armario y los dos empezaron a correr. 

—¡No os vayáis! ¡Sois la única esperanza para que mis hijos puedan vivir! ¡Por favor volver, no os voy a hacer daño!—gritó Roberto. 

Los gemelos escaparon, sin mirar. Se encontraron con una señora amable, quien les ofreció llevarles a casa. Cuando llegaron a la casa, contaron todo lo que les había pasado a su padre. Él como tenía un corazón muy grande, le daban pena los hijos de Roberto. Decidió pagar para que los niños pudieran ir al médico, pero a Roberto lo denunció. Los hijos de Roberto mejoraron en el hospital y luego se hicieron muy buenos amigos con Lisa y Oliver. 

FIN


Cuento original: "La casita hecha de dulces".

El soldado y el diablo- E27

Habían pasado unos cinco años desde que el soldado se salvó de las consecuencias de su primer pacto con el diablo. El soldado se moría de hambre y no tenía donde dormir, así que él pidió ayuda de nuevo al diablo e hicieron un pacto, el soldado viviría durante cinco años con lujos, pero si después no lo adivinaba un acertijo sería su esclavo durante toda su vida. 

Después de cinco años, el solado fue a pedir ayuda a la abuela de nuevo para que le ayudara a descubrir el acertijo, pero le dijeron que la abuelita se había muerto hace un año por un ataque de corazón, así que el soldado fue esclavo por toda la vida del diablo. Así que el soldado vivió en el infierno toda su vida, maltratado e insultado por el diablo hasta que se murió y ya no sabemos qué pasó después. 

Cuento original: "El soldado y su abuela".

La zorra y el cuervo se invitan a comer- E26

Érase una vez un cuervo que estaba en una boda entre un tucán y una zorra. El cuervo estaba bailando tranquilo con sus amigos hasta que vio una foca bailando con sus amigas. El cuervo dijo de hacer un reto: jugar al piedra, papel o tijera y quien perdiera podría pedir el número a alguna chica. Jugaron el capibara, la tortuga, el oso pardo y el cuervo. Perdió el capibara. Los dos se fueron a pedir el número a la zorra y a la foca, y ellas aceptaron. Intercambiaron números y las chicas les pidieron que se quedaran con ellas pues así se conocerían y los chicos aceptaron. Estuvieron en la boda hasta las ocho y media de la tarde porque el cuervo les dijo de ir por la playa e ir a cenar y el capibara dijo que era buena idea, las chicas aceptaron. Antes de que se subieran al coche del cuervo, las chicas se fueron a hablar y volvió la zorra sonrojada y la foca venía feliz. Se fueron a la playa y de camino el cuervo confesó que le gustaba la zorra y se dieron un pico. El capibara y la foca estaban detrás besándose, se fueron a cenar. Estuvo bien la noche. Al dejar a las chicas en su coche, los chicos dijeron: "mañana paso ubicación y venís a cenar”.


Cuento original: "La zorra y el cuervo se invitan a comer".


Los dos lobos y los siete cabritillos- E25

Érase una vez, cuando la mamá fue a comprar una tartita de frutas, dejó a las cabritas en un parque jugando. Le dijo a la cabritilla mayor que cuidara de sus hermanos. Cuando volvió de comprar encontró parque medio vacío, ya que solo había cuatro de sus seis cabritillos. Le preguntó a su cabritillo mayor que dónde estaba su hermanos mayor y pequeño. Le dijo que se los había llevado una especie de lobo o zorro grande con una cola muy larga, con unas orejas muy puntiagudas y con un pelaje muy oscuro. La madre se asustó mucho y se empezó a encontrar mal. El cabritillo más mayor cogió en brazos a su madre y se la llevó a casa.

Cuando llegaron a casa, la madre se encontraba mejor y cuando despertó se pegó un susto, porque se acordó de que sus cabritillos no estaban y se levantó de golpe. Mientras tanto el cabritillo mayor estaba haciendo la comida. De repente, la cabritilla escuchó un golpe muy fuerte arriba. Subió corriendo y se encontró a su madre desplomada en el suelo. La cabritilla no sabía cómo actuar y llamó al 112. Llegó la ambulancia con su enfermera, la tortuga, y su erizo de ayudante. Se llevaron a la mamá cabritilla y a los cabritillos. El cabritillo mayor comió y se fue en busca de sus hermanos. Pasaban las horas y no encontraba a sus hermanos. Cuando cayó la noche, la cabrilla no encontraba a sus hermanos y estaba a punto de darse por vencido, de repente, los encontró. Sus hermanos estaban durmiendo con el lobo y sus crías. La cabritilla llamó a sus hermanos y se fueron al hospital a ver a su madre. No se dio cuenta de que se llevaba con ellos a una de las crías del lobo y dejaba a uno de sus hermanos. Llegaron al hospital y encontraron la habitación los cabritillos y el lobezno se quedó en el pasillo llorando en una esquina porque no sabía dónde estaba.

La mamá cabra despertó y solo vio a cinco de sus seis cabritillos. Le preguntó a la cabritilla mayor donde estaba el más pequeño y la cabritilla mayor le dijo que fuera a por él. Salió y no encontró a la cabritilla sino a la cría de lobo. Fue corriendo a la cueva a devolverle su cría al lobo y coger a su hermano. Cogió a su hermano y el lobo se enfadó con el cabritillo mayor por llevarse a su cría. La cabritilla le explicó todo y el lobo fue a visitar a la madre y se hicieron muy amigos. Desde entonces no se separan.

FIN


Cuento original: "El lobo y los siete cabritillas".

Los tres animales de pueblo- E24

Resulta que la patada que el león recibió no fue mortal, se quedó tumbado en el suelo y el asno y el lobo pensaron que había muerto. El lobo huyó para que el asno no le hiciese lo mismo. Pasaron dos horas, el asno se fue y el león despertó y se encontró solo en medio del campo, así que decidió seguir su camino a la Meca, estaba muerto de hambre y de sed y muy cansado. Tras un largo viaje, llegó a la Meca. Ahí estaba en la entrada la señora gata, que al ver cómo estaba, lo recibió con un plato pequeñito de comida y una botella de agua. El león, al entrar a la Meca, se encontró el asno y el lobo y los dos fueron a pedirle perdón al león. El asno le dijo que se había agobiado y se había puesto nervioso, por eso le había dado la patada y el lobo le dijo que lo sentía por sus pensamientos impuros, ya que, en el pasado, quiso comérselo. Entonces cogieron y se perdonaron porque hay que aprender a perdonar y a olvidar. Los tres se purificaron y se fueron velices de allí y volvieron a su amistad. 

FIN 


Cuento original: "El león, el lobo y el asno".

Los perros de la guarda- E23

En un pueblo pequeño vivía una familia compuesta por una pareja, un hijo y una hija. Se dedicaba a las tareas del campo y a la crianza de ovejas en su finca y, por lo visto, eran muy prósperos. Emily, la hija, era una hermosa muchacha con edad para casarse. Se enamoró de un mal hombre con el que se casó. Él solo quería el dinero de esa finca y no le importaba nadie más que él. Los padres de Emily murieron y la finca pasó a manos de ella y de su hermano Sergio. El mal marido era un hombre muy cínico y, además, trataba muy mal a su esposa y a su hermano, tanto que ambos le tenían miedo. 

Ese hombre decidió deshacerse de su cuñado y atemorizó a su mujer para que lo hiciera. La mujer lloró porque no quería hacerlo, pues ella creía que quería a su hermano más que a su vida. Pero no lo quería tanto, pues su marido le dijo que le echara veneno en la comida y ella obedeció. La intención del marido era quedarse con la finca.  

Mientras tanto, Sergio estaba pastoreando las ovejas, en medio del campo, y apareció un hombre viejo que andaba con ayuda de un bastón, llevando tres perros con él. El anciano le ofreció un trato, quería tres corderos a cambio de los tres perros. Sergio no quería porque temía a su cuñado, pero él al ver al pobre perro tan flaco, decidió aceptar el trato. Los perros se llamaban Bobby, Balto y Rex, nombres que él le había puesto cuando los encontró, ya que aparentaban ser unos perros muy tiernos. 

Mientras iba a casa, miraba a los perros y se dio cuenta de que ya no estaba solo. Su hermana Emily le había echado veneno en la cena. Sergio entró con los tres perros en casa y cuando se dispuso a cenar los perros tiraron la comida envenenada. Al verlo, el cuñado le dijo a su mujer que tenían que intentarlo otra vez, pero esta vez sería trayendo un dragón de tres cabezas que escupía fuego y metiéndolo dentro de su habitación. Emily debería mandar a su hermano guardar la ropa en su armario para que se encontrara con la bestia.


Ella lloraba diciendo lo mismo, que lo quería más que a su vida. Eso no era verdad, porque si no ella no lo hubiera hecho, pero se engañaba diciendo que era por miedo a su marido. En el fondo, ella también quería matarlo. Así que mandó a su hermano con la montaña de ropa a su habitación, donde esperaba que muriera a manos del dragón, pero, al entrar, no cerró bien y los perros entraron y atacaron al dragón del cuñado. El marido, pensando que ya había muerto, riéndose, le preguntó a su mujer si ya estaba hecho. Sergio, enfadado, dándose cuenta de la situación, mandó a los perros atacar a su hermana Emily a su cruel marido. Defraudado, se quedó solo. Paseando en compañía de sus perros, encontró a una muchacha atada a un árbol. Quiso ayudarla, pero la muchacha se negó. Le dijo que había cometido un crimen y le dijo que se fuera con él. De repente, una serpiente de cinco cabezas se acercó a la chica. Él decidió ayudarla, les pidió a los perros que atacaran a la serpiente. Ellos obedecieron y mataron a la serpiente y él desató a la muchacha y la mandó a casa. 

Lo que él no sabía es que esa muchacha era una princesa, a la cual querían sacrificar. El rey lloró de alegría al verla viva y al descubrir que alguien la había salvado, quiso ofrecer una fiesta en honor a esa persona, que había salvado a su princesa e invitó a todo el pueblo, pensando que él iba a aparecer, pero no apareció. Entonces ofreció trabajo al que hubiera salvado a su hija. Como siempre, acudieron muchos muchachos intentando engañar al rey, diciendo que habían sido ellos, pero el rey, como no era tonto, pidió cinco cascabeles que solo Sergio le enseñó. 

El rey, como recompensa, le ofreció trabajo a Sergio y la mano de su hija. Como en un buen cuento, no todo iba a ser color de rosa... No podía faltar la envidia de una criada, que creía estar enamorada de él. Ella, celosa, decidió matarlo y le echó alfileres en la comida. El pobre muchacho empezó a toser cuando se comió la comida y murió. La novia lloraba desconsoladamente y los tres perros no se movieron de su lado, ni en el velatorio, ni en el entierro, como si fueran sus familiares. 

Cuando cerraron el cementerio, echaron a los perros. Ellos se escondieron y cuando todo el mundo se había ido, volvieron y desenterraron su ataúd. Entonces los perros empezaron a hablarle. Resulta que él, en realidad, estaba vivo, que los perros eran tres angelitos de la guarda. Lo mandaron a palacio para casarse con la princesa y ser feliz, porque ellos ya habían hecho su trabajo y se iban al cielo. En realidad, no había muerto, todo había sido un mal sueño, ya que los perros no habían permitido que se comiera la cena. Todo gracias a ellos. Sergio se casó y fue feliz a medias, ya que los perros no estaban con él. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Cuento original: "Los tres perros".

La futura millonaria y el gitano- E22

Érase una vez, una chica que soñaba con tener muchos millones de dólares. Su tío era millonario y ella lo apreciaba mucho por ello. Lo que más le gustaba de todas sus riquezas era su coche: un Lamborghini huracán. Un día era la cena de Navidad familiar. Ella estuvo mucho rato ayudando a sus tíos a poner la mesa. Cómo no, ella se sentó con su tío y en la cena no paraban de hablar de eso. En un momento, le preguntó cuál era el truco para ganar tanto. Y le dijo:

—Con esfuerzo, dedicación y ganas.
 
Él le dijo que comiera alimentos que le gustaran, para que estuviera mejor, pero que también tenían que ser saludables. Él le recomendó “el gitano” (un pescado). Tras comerlo, diez años después, la chica pudo comprar su coche. A los cuarenta años compró una mansión, contrató una gitana y comió gitano en honor a su tío.


Cuento original: "El gitano escamado".

Juan descubre el miedo- E21

Érase una vez, hace bastante tiempo, el hijo del famoso Juan Sin Miedo, que tampoco temía a nada. El chico, también llamado Juan, quería ser igual que su padre, absolutamente igual. Para él, su padre siempre fue un gran ejemplo a seguir. Siempre le decía que algún día él tendría que conocer lo que es el miedo. Juan no quería descubrirlo jamás, él siempre le decía a su padre que no necesitaba saber qué era sentir el miedo, a lo que su padre le respondía que algún día lo descubriría. Una mañana, Juan se despertó temprano, como todas las mañanas, su padre no estaba en casa como de costumbre, estaba en el trabajo y hasta la hora de la comida no volvería a casa con su hijo. Juan se preparó y se fue a la escuela. Cuando regresó a casa, hizo la comida para su padre y para él, como todos los días, ya que desde que falleció su madre, se tenía que encargar de todas las tareas del hogar. Cuando terminó de hacer la comida, puso la mesa y se sentó a esperar que su padre llegara. Ya había pasado una hora y su padre no se equivocaba, pasaron las horas y tampoco volvía. Juan había empezado a experimentar un extraño sentimiento que él nunca había sentido. ¿Sería miedo? Enseguida, Juan lo negó, él nunca había sentido miedo y jamás lo iba a sentir. Ya era de noche y su padre tampoco había aparecido, estaba bastante preocupado, en primer lugar, por la desaparición de su padre y, en segundo lugar, por el extraño sentimiento que había comenzado a sentir. Juan salió de casa y buscó a su padre por todo el pueblo. Le preguntó a todos sus vecinos, pero ninguno sabía dónde estaba su padre. Juan regreso a casa, sin ningún tiempo de esperanza de encontrar a su padre. De repente, se abrió la puerta de casa, por fin, su padre había aparecido. Juan fue corriendo a abrazar a su padre, le preguntó dónde había estado y por qué no había venido antes a casa. Su padre, sonriente, le contestó que tenía que enseñarle lo que era el miedo. Finalmente, Juan, después de tanto tiempo había descubierto lo que es el miedo.


Cuento original: "Juan sin miedo".

La muerte no es lo que parece- E20

Después de vencer en la batalla de los demonios en el castillo y volver a su pueblo con su familia, nuestro soldado ruso ya se había jubilado y había formado una familia. Tenía setenta y seis años y había tenido ocho hijos, de los cuales solo dos eran mayores de edad. No había pasado nada interesante durante los veinte años que habían pasado desde la batalla, pero una mañana de invierno del año 2150 tocaron a su puerta.
 
MIROSLAV: ¿Quién toca a estas horas?

(Toc, toc, toc) 

Miroslav se encontro un anciano muy viejo, con muy poco pelo, pero parecía aparentar 50 años. 

ANCIANO: Hola de nuevo, Miroslav, ¿me recuerdas? 

MIROSLAV: No, ¿quién eres?

ANCIANO: ¿No recuerdas una baraja de cartas?

Resultaba ser el anciano de hace veinte años, el cual le regaló una baraja de cartas mágica que le ayudó a derrotar a los demonios. 

MIROSLAV: ¡Ah, sí! Lamentablemente, me la robaron unos ladrones o algo así porque no vi quién fue, inicié una búsqueda con la policía, pero no encontramos resultados.

ANCIANO: ¡No puede ser! Eso puede haber caído en malas manos o incluso en las de los demonios que pueden destruir el mundo. 

MIROSLAV: Hace unos meses fui al castillo a visitar al dueño. Me contó que los demonios se estaban apareciendo más de lo normal y que estaba muy preocupado. 

ANCIANO: Yo, si fuera tú, me iría al castillo a ver otra vez al dueño. Si quieres, te acompaño. 
Y eso hicieron. Miroslav y el anciano iniciaron una marcha hacia el castillo. Tardaron varios meses, fueron meses fríos y helados, ya que el invierno en Rusia es muy largo y frío. 

El castillo no era muy grande, tenía unos tres pisos y todo para albergar vida. Tenía una extensa colina al lado y, junto a ella, un lago. En la cima de la colina, había una torre de vigilancia por si había algún ataque. 

Miroslav y el anciano llegaron a primera hora de la mañana, estuvieron toda la mañana hablando de la baraja de cartas y de los numerosos demonios que estaban apareciendo. Por la tarde, se fueron al lago a darse un baño y se les hizo d enoche muy pronto. Cenaron y se acostaron. Miroslav se levantó a las doce de la noche para ver si había un demonio, ya que él era muy curioso. En medio de la llanuera apareció un portal tridimensional donde aparecieron unos cinco demonios rondando por el castillo. Miroslav se durmió, ya que no había pasado nada interesante durante una hora. 

Eran las tres de la mañana, los demonios seguían rondando alrededor del castillo, pero, de repente, el portal se volvió más grande y apareció un demonio diez veces más grande que el castillo. Empezó a sacudirlo e intentar arrancarlo. Todo el mundo se despertó alarmado e intentó escapar de ahí. Todos lo lograron, pero vieron la baraja de cartas allí y entonces pasó lo peor, porque la muerte no es lo que parece. 

El dueño del castillo no era muy viejo, aparentaba unos cuarenta años y era muy amable, tenía una mujer y un hijo de catorce años. Llevaban viviendo en el castillo toda su vida y eran muy amigos de Miroslav.


Cuento original: "El soldado y la muerte".

La búsqueda- E19

Un día más, un niño llamado Pepe estaba jugando con los cromos, un juego que a él le gustaba mucho. Como cada fin de semana, su tío y él fueron a una tienda donde vendían cromos y así estuvieron yendo durante un par de meses. En una de sus visitas a la tienda, Pepe abrió un sobre cromos, sin esperanzas de que le tocara algo bueno, pero, al abrirlo, se encontró con Messi, balón de oro. De vuelta a casa, Pepe se dio cuenta de que el cromo se le había caído por el camino, así que no tuvo más remedio que buscarlo. Buscó, buscó y siguió buscando, pero no lo encontró, así que necesitó la ayuda de su tío, ya que él quizá supiera dónde podía estar. Entonces, de nuevo empezaron a buscarlo y, de repente, se encontraron con un señor que sabía dónde estaba, pero, a cambio, les dijo que debían acertar un acertijo. Era el siguiente: “un sitio donde la gente va los domingos”. Pepe y su tío pensaron que la respuesta era “la iglesia”, entonces corrieron hacia el lugar mencionado y allí había una maceta, miraron y tuvieron la suerte de encontrar el cromo. Así que Pepe y su tío, al final, fueron muy felices, porque ese cromo era único.


Cuento original: "El niño y los garbanzos".

La chica de enfrente- E18

Esta preciosa historia de amor comenzó cuando el medio pollito le dio una lección al hijo del rey que jamás olvidará. A partir de ese incidente, el rey se enteró y lo mandó a un internado, para que aprendiese a ser mejor persona, ya que lo que le hizo al medio pollito fue algo muy egoísta y de no tener ningún tipo de empatía por las otras personas. Un mes después del suceso, empezó el internado y para ello se tuvo que ir a otro país alejado de todo lo que quería. Él, que se llamaba Lionel, lo pasó muy mal e intentó mostrarse arrepentido para que su padre cambiara de opinión, pero todo el esfuerzo fue en vano, ya que superé una persona muy recta y seria. Cuando llegó al internado, se dio cuenta de lo que le esperaba allí. El clima no era para nada soleado estaba muy nublado y la figura negra del orfanato se llevaba toda la alegría y los colores vivos, por mínimos que fueran.

Allí lo recibió su próxima directora y les dio una cálida bienvenida, aunque, a primera vista, le pareció una persona muy seria. Luego le llevó a un jardín donde estaban todos los demás chicos. Lionel hizo muy buenas migas con un chico con el pelo muy rubio que resaltaba por cada lugar donde iba, al igual que sus ojos verdes como los valores que había allí. Al poco tiempo, Alessandro y Lionel se hicieron muy grandes amigos. Allí había dos edificios: el de las chicas y el de los chicos. La habitación en donde él dormía no le gustaba porque la ventana de enfrente se encontraba la habitación de la chica que le gustaba, la cual se llamaba Alana. Nunca podía dormir espiando a Alana. Lo tenía superenamorado, tanto que estaba obsesionado con ella, sentía que podía vivir sin ella. Lionel siempre intentaba interactuar con ella, pero ella pareció no darse cuenta o eso es lo que quería creer y que no lo estaba ignorando. Siempre le hacía gestos a través de la venta, pero ella nunca lo veía. No podía hacer otra cosa, ya que allí los chicos y las chicas nunca estaban separados en diferentes edificios y no se juntaban. Lionel estaba desesperado no podía parar de pensar en ese pelo rizado pelirrojo, ni en esos ojos azules que hacían que se quedara embobado. Fue tanto el desespero de Lionel, que Alessandro se sentó a hablar seriamente con él, y le preguntó qué le pasaba, que estaba muy apagado. Lionel le contó todo y Alessandro le dijo que no dejará de luchar por ella, que algún día se fijaría en él. Y así fue un día como otro cualquiera ella lo vio y, a partir de ese día, se hicieron muy buenos amigos.  

Un día, Lionel saltó y fue a la habitación de Alana, entrando por la ventana, ella lo miró desconcertada, y él le confesó todo; dijo que necesitaba tenerla delante, abrazarla, a mirar esos ojos azules, sin que fuese a través de una ventana, ella le confesó que sentía lo mismo por él. A partir de ese momento, se hicieron pareja, hasta que llegó el momento de decir adiós, ya se terminaba el internado y no se volverían a ver jamás. Lionel le prometió a Alana ir a buscarla cuando fueran mayores y ella le prometió esperarlo. Tres años después, Lionel, por fin, fue mayor de edad y recorrió medio mundo para encontrar a Alana. Y después de casi un año, la encontró. Desde ahí, jamás se separaron. Ahora Lionel no deja de agradecer a medio pollito por lo que sucedió. 

FIN 


Cuento original: "Medio pollito".

La serpiente embrujada- E17

Érase una vez un sirviente de un rey que siempre le traía de comer lo mismo, una serpiente blanca. Un día, el sirviente fue a pasear al pueblo y a hacer unos recados, fue a comprar la serpiente blanca, pero no era vendedor de siempre, este no mostraba su cara y tenía toco el cuerpo tapado por una túnica azul. Le pidió la serpiente y, al verla, vio que era diferente, pero le dio igual y la compró. El rey, por la noche, se lo comió y, al día siguiente, apareció muerta y el sirviente fue otra vez a la tienda donde la compró el vendedor le dijo al sirviente que envenenó al rey porque él se enteró de que él no era el rey, sino que el rey era el sirviente. Los dos se fueron al castillo para reclamar que el sirviente era el rey. Luego de un rato, discutiendo el sirviente se convirtió en rey.

Cuento original: "La serpiente blanca".

La bruja- E16

Érase una vez una niña pequeña a la que encantaban los dulces, pero sus padres no la dejaban comerlos, ya que decían que eran muy malos para la salud. Entonces ella solo los comía en los cumpleaños de sus amigos o cuando sus padres no se daban cuenta. Ella siempre soñaba con tener una casa hecha de dulces, pero ella pensaba que eso nunca se haría realidad. Pasaron los años y ella estaba cansada de vivir con sus padres, ya que no podía comer nada de dulces y como ella ya había cumplido los 18, empezó a comportarse muy mal con sus padres y eso pasó con todo el mundo. Ya nadie quería ser su amigo y se quedó sola, un día iba caminando por la calle y encontró una puerta que la conducía directamente al bosque. Ella, sin pensarlo, abrió la puerta, cuando ella se vio en medio del bosque sola empezó a andar hasta que se encontró con la casa de sus sueños. Y ella finalmente pensó que ese era su hogar. Finalmente, ella se quedó a vivir en esa casa superfeliz disfrutando de los dulces, ya que nunca se le acababan. Ella, que era muy antisocial, ya no convivía con nadie. A partir de ahí, nadie, ni siquiera sus padres, supieron nada más de ella.


Cuento original: "Hansel y Gretel".

La personalidad de cada uno- E15

Había una vez que el rey de Grecia estaba muy malo y llamó a sus tres hijos. Javier era un chico muy valiente y bueno. Antonio era muy listo y astuto; Juan era un pelota, pero por dentro era muy mala persona. El padre les dijo que tenían que ir a por su medicina que estaba encima de un monte, pero estaba muy lejos. Para poder ir, cada uno tenía que ir por un camino, pero quien hiciera algo malo se le rompería el camino y se moriría. 

Cada uno tuvo que elegir un camino. Juan, que fue muy rápido, cogió el camino más bonito y rápido. Antonio cogió el camino rápido, pero no tenía muy buena pinta; y Javier tenía que ir por el más largo y por el desierto. 

Cada uno empezó por su camino, pero cuando Javier estaba a punto de llegar al monte se encontró un mosquito gigante y no pudo con él y lo mató. Mientras los otros hijos seguían su camino, se encontraron al final a lo lejos y querían seguir juntos, pero a Antonio se le iluminó el fresco y quiso matar a su hermano, pero la serpiente lo mató. 

Al final llegó el hermano y consiguió dar la medicina y salvó a su padre.


Cuento original: "Los tres hijos y el tesoro".

Los cuervos no son siete- E14

Había una vez una familia que quería tener un niño, pero tenían tan mala suerte, que tenían siete niñas y ni un solo varón. La familia tuvo suerte, por un día, y el niño nació. Cuando el niño creció, la madre se puso mala y se iba a morir el hijo fue a por agua al pozo porque es lo que necesitaba la madre, pero el niño todavía era pequeño y pudo coger el agua, pero, a la vuelta, cuando estaba llegando, se tropezó y el agua se le cayó encima a una de sus hermanas, la cual se puso a llorar. Su padre le dijo al hijo que ojalá se lo llevaran bajo tierra y que así aprendería una lección y el hijo se hundió en la tierra. Solo vio al padre, el cual dijo a su familia que había desaparecido, pero un día, mientras el padre hablaba con una de sus hijas, se le escapó lo que le había pasado a su hijo, y le contó toda la historia a su hija, la cual fue con sus hermanas a buscar al hermano bajo tierra, preguntando a todo el pueblo si sabían cómo ir bajo tierra. 

A pesar de sus esfuerzos, no encontró a nadie que supiera nada hasta que un anciano les contó que sabía de una cueva que llevaba a donde ellas querían, pero que era muy peligrosa y tendría que ir preparadas y fueron al herrero para hacerse herramientas, con las cuales se fueron defendiendo mutuamente hasta llegar a donde un gigante defendía un castillo de obsidiana. Les dijo que solo se abriría con una contraseña, que era el nombre del rey del castillo. Como no sabían su nombre, dijeron el nombre de su hermano y el hermano abrió la puerta. Hablaron un rato y al final dijeron que con los gigantes podrían invadir algún pueblo y convertirse en los líderes gracias a su ejército de cien gigantes. Entonces salieron y su plan funcionó y crearon su propio imperio llamado el Imperio romano, en honor a un amigo llamado Romeo.


Cuento original: "Los siete cuervos".

El gran castigo- E13

Hace muchos años había un zorro. Él no tenía amigos porque siempre engañaba a todos y, encima, siempre iba robando comida y objetos. Un día, el zorro decidió disfrazarse para así poder robarle la comida a la paloma. Una vez pensado eso, el zorro se puso manos a la obra y empezó a buscar sus materiales para construir el disfraz. Una vez que reunió todos los materiales, comenzó a hacer el disfraz. El zorro hizo un disfraz de paloma, para hacerse pasar por un familiar de la paloma. Teniéndolo todo ya, se fue a buscar a la paloma. Pero ella sabía que el zorro tramaba algo, por lo que había descubierto su plan e iba a impedir que le saliera bien. La paloma y él se encontraron y ella actuó como si no supiera nada del malvado plan. Mientras que el zorro se hacía pasar por su familiar, el cuervo, que era un gran amigo de la paloma, creó unas trampas. La trampa era una caja llena de comida que serviría para que cuando se acercara el zorro, se abriera una trampilla y quedara encerrado. Todo le estaba saliendo al zorro como él quería, hasta que llegó al lugar donde estaba la trampa. Una vez allí, la paloma le dijo al zorro que se tenía que ir un momento y el zorro aprovechó y se acercó a la caja, a ver si pillaba algo de comida. Cada vez se acercó más, hasta que cayó en la trampa. La paloma y el cuervo, felices, se acercaron a donde estaba atrapado el zorro. El animal estaba muy triste porque sabía que la había fastidiado. Mientras que el zorro lloraba, la paloma y el cuervo fueron a la comisaría para explicarles lo que había sucedido al policía. Después de escuchar eso, el policía fue directo a la trampa a coger al zorro, el animal cayó en depresión y se prometió a sí mismo que ya no volvería a robar ni hacer nada así nunca más. Mientras tanto, la paloma y el cuervo llamaron a sus amigos y celebraron una fiesta con todos ellos, celebrando que nadie más les robaba la comida. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


Cuento original: "El zorro, la paloma y el cuervo".

Aracely- E12

 ¿Cómo debería empezar el cuento? Bueno, pues como todos los cuentos. 

Érase una vez una linda adolescente llamada Aracely Belén, mejor conocida como Ara. Ella convivía con la mujer de su padre, llamada Neferet, y la hija de esta llamada Indivar. 

Neferet era muy caprichosa y egoísta, porque siempre mandaba a Ara a limpiar la casa, cocinar y la maltrataba mucho. Y diréis... ¿y su hija Indivar qué? Bueno, ella estaba malcriada porque era una copia igualita de su madre. Desde que se murió su papá, Ara tenía algo roto, que dijo que nunca se lo curaría. Ella siempre se iba a dormir pensando en su papá y en por qué se casó con Neferet, peor no le echaba la culpa, solo lo preguntaba. Su padre era un lindo hombre que siempre tenía una sonrisa como Ara, su madre era igual que Ara, piel canela y morena con el pelo largo.  

Un día, Neferet mandó a Ara a por frutas, en pleno invierno, con un vestido de papel a la ciudad, ella le dijo que hacía mucho frío y la ciudad estaba lejos, pero Neferet dijo que haga lo que ella diga, sin ninguna excusa. Neferet le dio un trozo de pan y Ara se fue a la ciudad después de caminar mucho, llegó y había tres enanitos que le preguntó si le podía decir dónde podía encontrar freses. 

Los enanitos les dijeron que allí había una casa y tenía un árbol, con muchas fresas, Ara se lo agradeció y dijo si querían que les ayudaste en algo ellos negaron, pero pidieron pan. Ara solo tenía un poco de pan, lo cortó en tres pedacitos y ella se los dio. Ara fue hasta la casa y tocó la puerta una señora joven y linda llamada Cristhy le dio fresas y le dijo que pasase que hacía mucho frío. Ara se lo contó todo y Cristhy estaba flipando... Le dijo que cuando lo necesitara, ella siempre estaría para ella. Cristhy le dio un abrigo y le dio un abrazo. Ara se fue bien contenta hasta su casa y se lo dijo a la madrastra. Neferet le dijo que volviera, ya que las fiestas estaban buenísimas. Ara volvió y se enamoró de Christopher, el hijo de Christy, y fueron felices. Tuvieron un nene y una nena y Neferet e Indivar vieron, muertas de envidia, como Ara era feliz y tenía mucho dinero y el amor de su vida. Indivar y Neferet se suicidaron.

Cuento original: "Los tres enanitos del bosque".

El señor del saco- E11

Érase una vez tres hermanas: la mayor, la mediana y la menor. Un día estaban jugando y la menor se tropezó, la llevaron al hospital y le dijeron que tenía un esguince y tuvo que ir con muletas. Unos días después, las mayores iban a ir a un campo, la menor les dijo que quería irse con ellas, pero le dijeron que no. Al final, las convenció para irse con ellas. Las mayores se subieron a un árbol y la menor también quería subirse. La ayudaron a subirse, porque tenía un esguince y, para darle una lección, se fueron y la dejaron sola. Ella no podía bajar del árbol. Un señor la vio y la secuestró. Primero le echó un espray en la cara para hacerla dormir y después la metió en un saco. La niña despertó en una habitación oscura, el señor encendió la luz y le dijo que iba a matarla. La niña intentó huir, pero no pudo porque no podía correr y el señor la mató.

Cuando se enteró su madre de que su hija había desaparecido, llamó a la policía. Sus hermanas estaban muy arrepentidas por haberla dejado sola. Un mes después, encontraron su cadáver. Sus hermanas y su madre estaban supertristes. El señor se dedicó a asesinar niños y fue conocido como “el señor del saco”. Hoy en día, la policía sigue buscándolo.

Cuento original: "El hombre del saco".

La maldición del diablo- E10

Después de que la reina se fuera del castillo con el rey, el diablo se enfadó mucho porque no había podido conseguir lo que quería. Al no conseguir a la hija del molinero, pensó en quedarse con el nieto del molinero para que su hija pudiera casarse, entonces se fue a hablar con su hija.  

—Hija mía, tengo una buena noticia para ti—dijo el diablo. 

—Dime, padre— dijo su hija Annabelle. 

—Por fin te voy a conseguir un esposo digno para ti— dijo el diablo supercontento. 

— Me parece bien, pero ¿cómo lo vas a conseguir si donde estamos solo hay memos? 

—Ya lo sé, hija, pero ¿qué pasa si te digo que es el hijo de un rey? 

— Bueno, si lo puedes conseguir, me parece bien. 

El diablo empezó a hacer un plan para conseguir al hijo del rey. Entonces, el diablo, que se llamaba Lucifer, se disfrazó de campesino y se fue hacia el castillo. Mientras que iba andando, se encontró un jovencito con el pelo rubio y los ojos azules que iba a caballo con unos caballeros, entonces Lucifer pensó que ese jovencito era el príncipe. Después de un largo rato, se acercó al príncipe y le dijo: 

—Disculpe, hermoso caballero, ¿me podría decir por dónde se puede ir al castillo?— preguntó Lucifer. 

—Claro que sí. Si sigues recto, hay un pozo, en el pozo gira a la derecha y sigue todo recto —dijo el príncipe Aitor. 

—Vale, muchas gracias, señor. — dijo Lucifer con una sonrisa malvada en la cara. 

—De nada, campesino. — contestó el príncipe. 

Entonces, Lucifer hizo caso al príncipe y llegó al castillo en un abrir y cerrar de ojos. Cuando llegó, vio a la reina en el jardín plantando flores, entonces Lucifer se acercó. 

—Hola, reina mía, ¿te acuerdas de mí?—dijo Lucifer con voz enfadada. 

—Claro que me acuerdo de ti— dijo angustiada—¿no nos dijiste que ya estaba todo aclarado? 

—Estaba aclarado el tema, pero mi hija necesita un esposo y me he enterado de que su hijo, el príncipe, está soltero, así que vengo a llevármelo para que mañana se case con mi hija.  

—¡No puedes hacer eso!—dijo la reina gritando de tristeza y con lágrimas en los ojos. 

En ese momento, Lucifer desapareció con un chasquido y la reina llamó rápidamente a los caballeros que iban con su hijo y le preguntó por él, pero ya era tarde. Lucifer se llevó al príncipe Aitor. Al principio, él estaba asustado, pero Lucifer le dijo que no tenía que preocuparse.  

—¿A dónde me llevas?—dijo Aitor, un más tranquilo. 

—Vamos a ver a mi hija para que la conozcas. Mañana os casaréis. 

Aitor no dijo nada porque pensó que si decía algo se iba a enfadar, entonces se quedó callado y escuchando. Cuando llegaron vieron a Annabelle. Aitor se le quedó mirando por un buen rato porque era la chica más bonita que había visto en la tierra. Aitor se despreocupo de todo, de sus padres, de donde estaba todo. Al día siguiente, se casaron, ninguno de los dos se negó a hacer la boda, sino que no podían esperar al día siguiente. Después de casarse, formaron una familia y fueron felices para siempre. 


Cuento original: "La doncella sin manos".

El retorno de la bruja Baba Yaga- E41

Todo empezó después del final del anterior cuento. La madrastra de la niña, después de ser expulsada de la casa del padre, muy enojada, fue ...