La muerte no es lo que parece- E20

Después de vencer en la batalla de los demonios en el castillo y volver a su pueblo con su familia, nuestro soldado ruso ya se había jubilado y había formado una familia. Tenía setenta y seis años y había tenido ocho hijos, de los cuales solo dos eran mayores de edad. No había pasado nada interesante durante los veinte años que habían pasado desde la batalla, pero una mañana de invierno del año 2150 tocaron a su puerta.
 
MIROSLAV: ¿Quién toca a estas horas?

(Toc, toc, toc) 

Miroslav se encontro un anciano muy viejo, con muy poco pelo, pero parecía aparentar 50 años. 

ANCIANO: Hola de nuevo, Miroslav, ¿me recuerdas? 

MIROSLAV: No, ¿quién eres?

ANCIANO: ¿No recuerdas una baraja de cartas?

Resultaba ser el anciano de hace veinte años, el cual le regaló una baraja de cartas mágica que le ayudó a derrotar a los demonios. 

MIROSLAV: ¡Ah, sí! Lamentablemente, me la robaron unos ladrones o algo así porque no vi quién fue, inicié una búsqueda con la policía, pero no encontramos resultados.

ANCIANO: ¡No puede ser! Eso puede haber caído en malas manos o incluso en las de los demonios que pueden destruir el mundo. 

MIROSLAV: Hace unos meses fui al castillo a visitar al dueño. Me contó que los demonios se estaban apareciendo más de lo normal y que estaba muy preocupado. 

ANCIANO: Yo, si fuera tú, me iría al castillo a ver otra vez al dueño. Si quieres, te acompaño. 
Y eso hicieron. Miroslav y el anciano iniciaron una marcha hacia el castillo. Tardaron varios meses, fueron meses fríos y helados, ya que el invierno en Rusia es muy largo y frío. 

El castillo no era muy grande, tenía unos tres pisos y todo para albergar vida. Tenía una extensa colina al lado y, junto a ella, un lago. En la cima de la colina, había una torre de vigilancia por si había algún ataque. 

Miroslav y el anciano llegaron a primera hora de la mañana, estuvieron toda la mañana hablando de la baraja de cartas y de los numerosos demonios que estaban apareciendo. Por la tarde, se fueron al lago a darse un baño y se les hizo d enoche muy pronto. Cenaron y se acostaron. Miroslav se levantó a las doce de la noche para ver si había un demonio, ya que él era muy curioso. En medio de la llanuera apareció un portal tridimensional donde aparecieron unos cinco demonios rondando por el castillo. Miroslav se durmió, ya que no había pasado nada interesante durante una hora. 

Eran las tres de la mañana, los demonios seguían rondando alrededor del castillo, pero, de repente, el portal se volvió más grande y apareció un demonio diez veces más grande que el castillo. Empezó a sacudirlo e intentar arrancarlo. Todo el mundo se despertó alarmado e intentó escapar de ahí. Todos lo lograron, pero vieron la baraja de cartas allí y entonces pasó lo peor, porque la muerte no es lo que parece. 

El dueño del castillo no era muy viejo, aparentaba unos cuarenta años y era muy amable, tenía una mujer y un hijo de catorce años. Llevaban viviendo en el castillo toda su vida y eran muy amigos de Miroslav.


Cuento original: "El soldado y la muerte".

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