Érase una vez un cuervo que estaba en una boda entre un tucán y una zorra. El cuervo estaba bailando tranquilo con sus amigos hasta que vio una foca bailando con sus amigas. El cuervo dijo de hacer un reto: jugar al piedra, papel o tijera y quien perdiera podría pedir el número a alguna chica. Jugaron el capibara, la tortuga, el oso pardo y el cuervo. Perdió el capibara. Los dos se fueron a pedir el número a la zorra y a la foca, y ellas aceptaron. Intercambiaron números y las chicas les pidieron que se quedaran con ellas pues así se conocerían y los chicos aceptaron. Estuvieron en la boda hasta las ocho y media de la tarde porque el cuervo les dijo de ir por la playa e ir a cenar y el capibara dijo que era buena idea, las chicas aceptaron. Antes de que se subieran al coche del cuervo, las chicas se fueron a hablar y volvió la zorra sonrojada y la foca venía feliz. Se fueron a la playa y de camino el cuervo confesó que le gustaba la zorra y se dieron un pico. El capibara y la foca estaban detrás besándose, se fueron a cenar. Estuvo bien la noche. Al dejar a las chicas en su coche, los chicos dijeron: "mañana paso ubicación y venís a cenar”.
Cuento original: "La zorra y el cuervo se invitan a comer".
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