Pasaron tres días y la chica seguía con el apuesto príncipe, tan feliz como siempre. Ella se quedó embarazada y dio a luz a una hermosa niña a la que llamó Jimena. Ellos siguieron tan bien como siempre hasta que un día el rey recibió una llamada. Un hombre le dijo que buscaba a Manuela, pues se imaginaba que era la reina. El rey se quedó asombrado y ni contestó. Rápidamente, llamó a su esposa y le dio el teléfono. Manuela al escuchar la voz de su padre se quedó sin palabras, ya que ella lo daba por fallecido. Él estaba enfermo cuando su hija se casó y Manuela llevaba tres años sin saber nada de él. Su padre le dijo que necesitaba ayuda y que quería que lo perdonara por todo lo que había pasado con su madrastra. Su hija, sin pensarlo, lo perdonó y le dijo que fuera a su casa y conociera a su hija. Él aceptó y, al día siguiente, estaba allí. A los dos años, nombraron a su padre ministro y se casó con una jueza. Todos fueron felices...
FIN
Cuento original: "Los tres enanitos del bosque".
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