El retorno de la bruja Baba Yaga- E41

Todo empezó después del final del anterior cuento. La madrastra de la niña, después de ser expulsada de la casa del padre, muy enojada, fue en dirección de la casa de su hermana: la bruja Baba—Yaga. Al llegar, tocó la puerta con fuerza: 

—¡Abre, hermana inútil! ¡Buena para nada!— exclamó la ex-madrastra. La bruja abrió la puerta y le dijo: 

—¿A quién llamas “hermana inútil? 

—A la única bruja que no puede capturar a una niña pequeña. 

La bruja se quedó callada, muerta de vergüenza. 

—¡Solo tenías que hacer una cosa! — dijo la ex-madrastra mientras regañaba a su hermana. La bruja dijo. 

—No te preocupes, pesada. Pienso volver y acabar con esa niña que puso a mis sirvientes en mi contra. 

—Más te vale, porque no pienso vivir en la calle y mucho menos en tu casa. 

—No te metas con mi casa o te mando a ser comida de mis otros perros. 

El gato de la bruja, que seguía rondado por ahí, escuchó todo y salió corriendo en dirección a la casa del padre de la niña y, al llegar a la casa, arañó la puerta y el padre abrió. El gato entró directamente y se acercó a la niña y le dijo: 

—Oye, niña. Vengo de la casa de la bruja Baba-Yaga a avisarte de que planea ir a por ti hoy mismo. 

—¡Ay no! ¿Qué debo hacer ahora?— preguntó la niña. Recordó, asustada, que su tía sabía mucho sobre la bruja, así que salió de la casa y fue corriendo a ver a su tía, tocó la puerta de su casa con desesperación y gritando: 

—¡Tía, tía, rápido, abre la puerta! ¡La bruja y mi madrastra quieren capturarme! 

La tía abrió la puerta y dijo: 

— ¿Cómo que la bruja viene hacia aquí? 

—Están yendo a mi casa. Rápido, tía, tienes que ayudarnos. 

La tía, sin decir nada, entró a su casa rápido y empezó a buscar algo. Después de dejar su casa patas arriba, encontró lo que quería y se fue con su sobrina a su casa. Mientras estaban la bruja y la exmadrastra en la casa del padre tocando la puerta bruscamente. El padre dijo: 

—¡Váyanse de mi casa inmediatamente! 

La bruja contestó: 

—¡Ni hablar! Entrégame a la niña y me iré. 

—¡Nunca!—contestó el padre.  

La bruja, con poca paciencia, tiró la puerta abajo y entró a la casa agresivamente. Agarró al padre de la camisa y empezó a agitarlo, bruscamente. 

—¿Dónde está la niña? 

—¡Aquí!—gritó la tía entrando en escena y echándole un líquido bastante extraño a la bruja. 

—¡Maldita! ¿Cómo te atr...?— sin poder acabar la frase, la bruja se desvaneció. Todos quedaron en shock y aparecieron dos policías que se llevaron detenida a la exmadrastra. 

—¡No, por favor! ¡Pero si yo no hice nada!— gritaba la exmadrastra.  

Cuando se fue, todos se quedaron tranquilos y vivieron felices todos juntos.


Cuento original: "La bruja Baba Yaga". 

El pez de diamante- E40

Unos meses después de que el pobre viejo se hubiera empobrecido porque su mujer había abusado del poder del pez de oro, el viejo fue andado desde su casa en el bosque hasta la orilla del mar para pescar comida para su mujer y para él, pues estaban hambrientos. Al llegar a la playa, el viejo tiró su caña de pescar y esperó hasta que él atrapara algo para comer. Tras una larga espera, algo mordió el anzuelo y cuando el viejo fue a por la caña de pescar y, de repente, el pez salió del agua hacia el viejo. Él, al ser asustado por el pez, saltó hacia atrás y se dio en la cabeza con una palmera. Cuando el viejo se despertó de su sueño poco esperado, miró a su alrededor y se encontró con el pez que le había hecho saltar. El viejo, algo molesto, le preguntó al pez: 

—¿Es que vas a echar a volar o solo querías saltar y darme en la cara? 

El pez se disculpó y le preguntó si lo reconocía y el viejo le dijo: 

—No, pero creo que he conocido a tu hermano, el pez de oro.  

El pez resaltó y le dijo al viejo: 

—Pues seguro que eso ha acabado mal porque mi hermano no ayuda a los humanos, a menos que sean realmente personas humildes y buenas.  

El viejo le respondió: 

—Bueno, no sé si seré eso, pero pobre sí lo soy y la verdad es que pensaba que tu hermano me ayudaría, pero ha resultado que he quedado más o menos igual. Mi mujer se pasó y terminó tirándolo todo a la basura con su avaricia. 

El pez, al ver la humildad del viejo, le dijo: 

—Mira viejo, yo noto que usted es un hombre de honor y de humildad, si usted consigue convertir a su mujer en una persona humilde y amorosa le otorgaré un deseo. 

El viejo se quedó con la boca abierta y le dijo: 

—Muchas gracias, pez de diamante. Espero realmente que pueda hacerlo no por el deseo sino por su bien.  

El viejo se despidió y fue andando hacia su casa. Al llegar a su casa, él le contó lo que había hecho y que había hablado con el hermano del pez de oro. Al decírselo, la vieja de nuevo le llamó tonto a su esposo y le dijo de atrapar al pez de diamante, pero el viejo le dijo que ella no se daba cuenta de que con esa misma avaricia que tenía, había perdido todo lo que habían ganado antes. La vieja le dijo: 

—¡No, o lo atrapamos o te dejo! 

Y luego le pegó al viejo... Al darse cuenta la vieja de lo que había hecho, ella esperó que el viejo le devolviera los golpes, pero en vez de molestarse le dijo: 

—Yo entiendo tu molestia, porque esa es la manera en la cual tú ves la vida, pero yo te amo y te digo que es mejor hacerles bien a las personas, porque después ese mismo bien volverá a ti.  

Al ver el amor y la amabilidad de su esposo, ella se quedó sorprendida, sin perspectiva, que nunca había visto y fue cambiando para bien hasta que, tres meses después de ese día que había marcado el cambio para la mujer del viejo. Ya se podía ver cuánto se había fortalecido su relación, ambos pudieron encontrar trabajo y comprarse una casita cómoda y limpia. En ese momento, la mujer le dijo a su marido:  

—Amor, yo creo que ya es tiempo de visitar al pez de diamante de nuevo.  

El viejo estuvo de acuerdo y fueron juntos al mar a buscar el pez. Lo llamaron y el pez diamante vino con su hermano el pez de oro, la vieja se disculpó con el pez de oro por su avaricia del pasado y él la perdonó, pero quiso hacerle un examen. Le dijo a su hermano, el pez de diamante, que le pidiera que formulara un deseo y que se lo concediera solo si este era bueno. El viejo y su mujer pidieron como deseo el perdón del pez. Los peces como vieron que realmente habían caminado les dijeron: 

—Bien, realmente habéis cambiado, os perdono. 

Entre los dos hermanos les dijeron al viejo y su mujer: 

—Por su amabilidad y humildad, os daremos otro deseo.  

El viejo y su mujer lo pidieron: 

—Deseamos tener un hijo. 

Al día siguiente, se despertó el viejo al lado de su mujer y ella tenía al hijo de ambos en brazos. Al viejo se le escapó una lágrima viendo que había alcanzado un gran tesoro: el amor familiar.


Cuento original: "El pez de oro".

La rosa de Lalilá- E39

Había una vez tres caballeros que buscaban la rosa de Lalilá para curar a la reina de su reino. Los tres caballeros fueron a buscarla. Pasaron por pruebas muy difíciles: escalaron una montaña, lucharon contra monstruos, pasaron hambre, sed y frío. Tras un largo viaje, tuvieron la última prueba que era adivinar un acertijo para pasar y recoger una rosa, era este acertijo: “Oro parece, plata no es”. Tenía que descifrarlo, al final lo descifraron y le dieron la rosa. Cuando volvieron al reino, al escalar la montaña, uno de los caballeros hizo tropezar a otro. El otro hermano vio lo sucedido preguntó por qué lo había hecho y recibió una puñalada en la espalda del malvado hermano, mientras la decía por qué lo hacía. Este último volvió al reino y le entregó la rosa a la reina. Ante la pregunta de qué pasó por sus hermanos, él respondió que se sacrificaron por la rosa. Entonces, vino un loro, que había visto el crimen del hermano. La reina lo escuchó y mandó ejecutar al hermano malvado.
Cuento original: La flor de Lililá.

La serpiente blanca- E38

Hace unos años, en un frondoso bosque, habitaba una serpiente blanca. Dicha serpiente poseía un don que muchos deseaban obtener. Uno de ellos era el rey, que movió cielo, tierra y mar para dar con ella. Eso a ella no le importaba, pues su deber era cuidar del bosque Ticona y de los habitantes que habitaban en él. Una noche, de la nada, una ardilla llamada Susanita se acercó a la serpiente y le contó muy apurada que los soldados del rey iban a por ella y estaban destrozando el bosque buscándola. Eso preocupó a la serpiente e ideó un plan para escabullirse entre la oscuridad de la noche. Sus amigos la ayudaron a distraerlos y ella marchó victoriosa y a la vez triste a otro bosque llamado Megrini. Cuando llegó a dicho paraíso, se enamoró completamente de aquel paisaje tan verde y hermoso. Al tiempo de estar ahí, conoció a una serpiente negra llamada Voldemort y las dos serpientes se enamoraron perdidamente y tuvieron Voldemorcitos. Y fueron felices hasta que el rey la encontró y se la cenó. 


FIN 


Cuento original: "La serpiente blanca".

(Sin título) E37

El rey Soleimán—Schah estaba enamorado de la hija de Zahara, así que decidió casarse con ella y se fue a su casa, con sus padres, en una caravana cargada de regalos. Cuando llegaron el padre del rey tocó la puerta y le abrió Zahara y les preguntó quiénes eran. Soleimán le dijo que había venido con sus padres para pedir la mano de su hija Aziza. Zahara se quedó callada, no sabía qué decir... Finalmente, les dio la bienvenida y mientras ellos estaban en el salón, ella fue a hablar con Aziza y le contó que le esperaba una visita. Su madre le dijo que fuera al salón a saludar a sus suegros. A ella le daba vergüenza, pero al final salió al salón. Estaba muy contenta, pero cuando llegó, no encontró a los padres de su novio, ni a su novio, y eso la enfadó mucho. Volvió a su habitación corriendo y empezó a llorar. El padre de Soleiman preguntó qué le pasaba a esta chica y por qué se había ido antes de saludarlos, pues le parecía una falta de respeto. Zahara le dijo que no se preocupara y se fue a hablar con ella. Ante las preguntas de su madre, Zahara le dijo que no se casaría. Su madre le preguntó por qué no se iba a casar con un rey. Aziza le dijo que si no se casaba con Aziz, nunca se iba a casar. Ella le contestó: 

—Te vas a casar con el rey Soleimán y punto. No te dejo casarte con ese pobrecito. 

La madre se fue al salón y dijo a sus invitados: 

—No os preocupéis. Mi hija está nerviosa y le da vergüenza. Por eso le ha pasado esto. 

Mientras tanto, Aziza llamó a Aziz y le dijo que su madre la había obligado a casarse con Soleimán y ella solo quería a su amado y no al rey. Aziz le dijo que lo quería de verdad, recogiera sus cosas y lo esperara al lado de la iglesia. Aziza recogió sus cosas y se escapó con él. Cuando volvió Zahara a la habitación de su hija, y no encontró ni a Aziza ni tampoco sus cosas, empezó a llorar y dijo: 

—¡Todo es por mi culpa! La he obligado a casarse con el rey Soleimán y ahora se escapó con el pobrecito Aziz. 

Soleimán y sus padres la escucharon. Por fin, supieron qué pasaba y se fueron con sus regalos. 


Cuento original: "Historia de Aziz y Aziza y del hermoso Príncipe Diadema."

La noche maligna de los niños- E36

Érase una vez una bruja a la que quemaron y no murió, pues volvió después de trescientos años. La bruja se mudó a la orilla del mar donde consiguió una casa donde vivir. La bruja salía por las noches a volar con su escoba mágica por los cielos, por encima del mar, y cada vez que veía un niño le entraba hambre. La bruja bajaba a por los niños y, al ser muy lista, se hacía pasar por una chica normal y los engañaba dándoles chuches mágicas, seduciéndolos con eso. La bruja aprovechaba y se los comía. También aprovechó para reformar su casa y hacerla de dulces de chocolate y golosinas.


Cuento original: "La casita hecha de dulces".

Reencuentro- E35

Pasaron tres días y la chica seguía con el apuesto príncipe, tan feliz como siempre. Ella se quedó embarazada y dio a luz a una hermosa niña a la que llamó Jimena. Ellos siguieron tan bien como siempre hasta que un día el rey recibió una llamada. Un hombre le dijo que buscaba a Manuela, pues se imaginaba que era la reina. El rey se quedó asombrado y ni contestó. Rápidamente, llamó a su esposa y le dio el teléfono. Manuela al escuchar la voz de su padre se quedó sin palabras, ya que ella lo daba por fallecido. Él estaba enfermo cuando su hija se casó y Manuela llevaba tres años sin saber nada de él. Su padre le dijo que necesitaba ayuda y que quería que lo perdonara por todo lo que había pasado con su madrastra. Su hija, sin pensarlo, lo perdonó y le dijo que fuera a su casa y conociera a su hija. Él aceptó y, al día siguiente, estaba allí. A los dos años, nombraron a su padre ministro y se casó con una jueza. Todos fueron felices... FIN
Cuento original: "Los tres enanitos del bosque".

La venganza de la madre de Juan Chapinica- E34

Juan Chapinica era un niño tan pequeño que se coló en una olla, en la que su madre le había advertido que no se metiera. Laura, su madre, se cabreó muchísimo, pero al fin y al cabo era su madre y debía ayudarlo. Pidió ayuda a sus vecinas, pero ninguna de ellas tenía una cuchara para ayudar a Juan Chapinica. Paula, que era una de ellas, sí tenía una, pero quería algo a cambio.
 
—Quiero un salero lleno de sal gruesa y a cambio te daré la cuchara. 

Laura fue muy rápido a mirar si en su casa tenía sal gruesa y, por desgracia, no tenía, así que tuvo que ir corriendo a comprarla. Mientras tanto, Juan estaba fatigado, no podía respirar, estaba empezando a ahogarse. Finalmente, se ahogó. 

Minutos después, su madre llegó a casa y fue rápidamente a la olla, pero Juan ya no estaba flotando, se había hundido. Laura estaba muy triste, pero a la vez muy cabreada con su vecina. Planeó una venganza para ir a quemar su casa. Toda enfurecida, llegó, abrió una ventana y comenzó a echar gasolina por toda la casa hasta acabar la garrafa. Sacó un mechero y lo encendió, pero algo en su cabeza sonó “Mamá, no lo hagas” era su hijo. Laura dejó el mechero en el suelo y por su arrepentimiento empezó a llorar.




Cuento original: "Juan Chapinica".

Los bailarines de Bryant Myers- E33

Érase una vez un grupo de amigos: Verónica, Laura, Pablo y Álvaro. Ellos eran bailarines, pero en su ciudad no los valoraban. Decían que eran unos inútiles y que saber bailar no les iba a servir para nada, así que se fueron a Barcelona buscando un grupo más grande de baile. Yendo por las calles, se cruzaron a mucha gente que los ignoraba. Con un altavoz, se ponían a bailar y todos pasaban de ellos hasta que Bryant Myers los vio y quedó impresionado con sus dotes de baile. Les ofreció trabajar para él y el grupo aceptó. Desde entonces, bailan en sus conciertos y todos los que les dijeron que eran unos inútiles y que bailar no les iba a servir para nada se arrepintieron de ello.


Cuento original: "Los animales músicos".

El enigma- E32

Todo empieza una tarde tranquila, con nuestro protagonista, un príncipe que busca una princesa con la que casarse, acompañado por su siervo a todos lados en caballo. Todo es normal hasta que se encuentra con una casa. Al quedar poco para que caiga la noche, preguntan si pueden hospedarse, la hija les responde:
—Podéis entrar, pero no aceptéis nada que se os ofrezca de parte de mi madre.
—Muchas gracias, señora por dejarnos pasar esa noche en su casa.
—No hay de qué. Tome llévese esto—dijo la señora con una sonrisa.
—¿Qué es?—preguntó el príncipe.
—Una botella de vino del bueno, me sobran muchas.
—Muchas gracias, señora. (El príncipe abre la botella, toma un sorbo y se la da a su siervo). 
—Muchas gracias, por el vino, que tenga un buen día.
Nuestro protagonista y su siervo entran a un bosque donde la luz del día entra poco, para poder continuar con la búsqueda de una princesa con la cual casarse, pero un ruido se oye desde dentro del bosque, una figura oscura es vista por nuestro protagonista.
—¿Me has visto no?
—¿Quién es usted?, ¿qué quiere?
—No lo sé, solo le digo que no deberías haberlo hecho.
—¿El qué?
—Señor, ¿está bien?—preguntó el siervo al príncipe.
—Sí, sí, seguramente será cansancio, nada más.
—Señor mire un cartel, en el pone que si se sigue el camino recto hay una posada, ya está empezando a caer el sol y viajar por un bosque como este por la noche no creo que sea muy seguro deberíamos parar en esa posada.
—Perfecto..., así podremos descansar un poco.
Nuestro protagonista está teniendo muy mala suerte, ya que ese ser le está siguiendo, al fin y al cabo, el príncipe nunca se arrepintió de sus acciones, por eso él fue exiliado de su antiguo reino.
—Buenas esta es mi posada, aquí hay dos normas: la primera es no dejar sueltos a los caballos y la segunda es que se debe aportar algún alimento o bebida para cenar.
— Sí, (el príncipe saca la botella de vino) tome esto, es un buen vino de gran calidad y ¿a cuánto está la noche?
—20 platas y medio cobre por noche.
—Vale, tome (saca las monedas y se las da).
—La habitación es la veinticinco del segundo piso.
—Muchas gracias.
(Ya por la noche).
—¿Se acuerda de mí?
(El príncipe está sin poder hablar).
—Usted no debió hacer eso, nunca debió abandonar su reino por ese sueño ridículo, usted está acabado. Todo lo que ha vivido desde que salió de esa casa no fue real, a usted se le advirtió sobre mí y no le importó, más que abandonar su reino siendo príncipe el único heredero, eso es de deshonra. Le voy a poner un acertijo. ¿Qué mató a dos y asesinó a doce?
—No lo sé.
—La respuesta es…

Cuento original: "El acertijo".

El retorno de la bruja Baba Yaga- E41

Todo empezó después del final del anterior cuento. La madrastra de la niña, después de ser expulsada de la casa del padre, muy enojada, fue ...