La maldición del hueso- E9

Érase una vez un pueblo donde vivía muy poca gente. Entre las calles del pueblo, vivía un jabalí. Ese jabalí no era como otro cualquiera, era especial y diferente, porque tenía un cuerno hecho de oro. El rey de ese pueblo era consciente de ello, así que prometió castigar a aquel que le hiciera algo al animal. 

En el pueblo vivía una familia de gente pobre y, entre ellos, los que más destacaban eran los hermanos Pablo y Mateo. Pablo era un chico con un buen corazón, pero, sin embargo, Mateo era un chico muy cruel, despiadado y sin corazón. Un día, los hermanos empezaron a pensar en lo bien que les vendría el cuerno de oro, para que su familia tuviera dinero. 

Pablo pensó que para tener el cuerno de oro tendría que matar al animal, pero como era tan noble, no quiso matarlo y olvidó la idea de tener el dinero. Pero Mateo no era así, él era tan cruel que sería capaz de hacer cualquier cosa por dinero, pero, en este caso, no lo quería para su familia, sino para quedárselo él a escondidas.  

Al día siguiente, la familia de Mateo y Pablo estuvo trabajando todo el día. Mientras que Pablo se ocupaba de los animales, Mateo pensó que sería la oportunidad perfecta para escaparse y matar al animal. Fue buscando por el bosque de al lado del pueblo, debido a que en otoño solía estar por allí. Mientras lo buscaba, de repente, se encontró a un hombre que le dio una lanza hecha de oro. Le dijo que tuviera cuidado con ella y que si se la podía llevar al hombre de la cima de la montaña. Mateo asintió, pero cuando iba de camino pensó que con la lanza podría matar fácilmente al animal, entonces continuó la búsqueda. 

Después de algún tiempo, justo cuando iba a abandonar su búsqueda, vio algo al fondo de una cueva. Efectivamente, era el jabalí. Mateo fue cuidadosamente y cuando lanzó la lanza para darle al animal, se oyó una ligera voz que procedía de la lanza, la cual decía que no lo hiciera, que era una maldición. Pero ya no había vuelta atrás, Mateo consiguió lo que quería: el cuerno de oro. 

Antes de irse Mateo a su casa, decidió enterar la lanza, para que no quedaran pruebas. Cuando llegó a su casa con el cuerno de oro, decidió pensar en cómo esconderlo, pero su hermano Pablo lo pilló, y se quedó decepcionado con él, pero no dijo nada más. Mateo decidió subir a su habitación para esconderse allí, pero, de repente, oyó un ruido en su armario, decidió abrirlo y allí estaba la misteriosa lanza hecha de oro que había enterrado bajo tierra. En ese instante, Mateo no entendía nada, pero inesperadamente la lanza se levantó y tocó a Mateo haciendo que se convirtiera en un jabalí con un cuerno de oro. En ese momento, Mateo se dio cuenta de que realmente era una maldición y un castigo por ser una persona tan cruel. 

Todos los jabalíes que habían tenido un cuerno de oro en el pueblo eran personas con un corazón horrible y los metieron en el cuerpo de un jabalí para entender lo dura que puede ser la vida.


Cuento original: "El hueso cantor".

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