El misterio del cochino- E2

El señor pidió tres días al compadre para poder repartir las partes del cochino pero realmente iba a intentar encontrar el cochino. Durante los dos primeros días, el señor recorrió todo el pueblo en busca del cochino, recorrió todas las calles, miró en todos los matorrales, revisó cada árbol, pero no lo encontró así que volvió a su casa derrotado. Allí, su mujer le sirvió la cena, ya que estaba muy cansado. Mientras su mujer y él cenaban, su mujer recordó que no le quedaban naranjas, así que le pidió al señor que al día siguiente fuese a casa del compadre ya que su mujer vendía fruta mientras él trabajaba. Al siguiente, el señor fue a casa del compadre para cumplir la petición de su mujer, pero tenía miedo de encontrarse al compadre por el camino, ya que ese era el tercer día y, por lo cual, último que tenía para encontrar al cochino, pero se le pasó al recordar que el compadre el compadre estaba trabajando. Cuando llegó a la casa la señora, se percató de que llevaba cara de preocupación, le preguntó qué le ocurrí y el señor se lo contó, sin decirle que su marido era el implicado. La señora, que era muy inteligente, unió cabos al recordar que su marido había traído tres días atrás un cochino de dudosa procedencia. Como ella sabía que su marido era bastante deshonesto, supuso enseguida que él era el que había robado el cochino. Como a la mujer no le gustaban las injusticias, le contó al señor que su marido era el ladrón. Como el señor se quería vengar, ideó un plan junto a la mujer para darle una lección al señor. Juntos fueron al lugar con el cochino. Cuando el compadre terminó de trabajar, se dirigió hacia casa del señor para reclamar su parte. En el momento en que llegó a la casa, le pidió al señor su parte. El señor le dijo que lo había descubierto que había recuperado el cochino, a modo de venganza, hizo que el compadre le criase un nuevo cochino durante un año, de manera gratuita, si no quería que le dijese a todo el pueblo lo que había hecho, de modo que perdería a toda su clientela. Al compadre no le quedó otra opción que aceptar y tuvo que criarle al señor un cochino durante todo el año.